domingo, enero 21, 2007

la máquina de baile



te llaman hoy, firmas mañana y comienzas pasado. en tres días consigues un nuevo trabajo temporal, alimenticio, de siete a tres, mecánico, donde enciendes el ordenador y apuntas la hora, descansas y apuntas la hora, lo apagas y apuntas la hora. donde si quisiera no hablaría con nadie, con mis cascos, mi café y el teclado alfanumérico.
mi compañero de mesa también se pone los cascos. todos nos ponemos los cascos, bendito mp3. él comienza el día con el programa de pablo motos. se ríe solo mientras teclea. se ríe de verdad, yo es que me parto, dice, es buenísimo este tío. y cuando termina el programa se pasa a la música machacona, así la llama él. con esta música me concentro mucho mejor, se justifica. mi compañero de mesa tiene otra vida fuera del trabajo, es un fanático de las máquinas de baile. sus amigos y él se han decidido a crear una asociación legal para promoverlas, ya tienen un foro en internet. él guarda fotografías de distintos modelos de máquinas en su móvil, ha ganado un campeonato no sé si provincial o nacional de estilo libre, y conoce el estado de todas la máquinas de madrid. confirmado: la de callao es una mierda. mi compañero de mesa organizó junto a sus amigos una promo para la película de segura de la que salieron avergonzados, no tiene los doce mil euros que cuesta una pero se conforma con la demo en ordenador y conoce a gente en zaragoza y en barcelona con la que comparte su afición. parece ser, además, que estas máquinas pueden tener los pulsadores en línea o cruzados.
he bajado dos días con mi compañero de mesa a la cafetería durante el descanso. el tercero ya no. mañana no sé qué haré.

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