otras veces no, pero hay días en los que te animas e introduces una cuña en tu trabajo que alguien podría utilizar para calzar su mesa, te convences.
pienso en lo que me gustaría recibir, y entonces escribo. pienso también en los filtros que debe pasar, y añado la carnaza.
trabajo en vano, quizás para mí, pero si alguien descubriera algo que le gustara y que desconociese, en fin, nunca lo sabría, pero ¿y si funcionara?
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