mientras se vacían los años en los que justificaba la espera como método, busco con desesperación más tiempo, ahora, con esa incapacidad de siempre para los horarios.
me obligo a prometer, pero dejo pendiente visitas, trabajos, lavadoras. el orden debería comenzar por el escritorio, no hay peros. y sin embargo. el único instante que agradezco es justo este, el de la pantalla como refugio y las letras del teclado. cerraría la puerta y tiraría la llave por el retrete.
me digo: la apuesta sigue en pie. aunque justo cuando debería tomar cuerpo acechan las urgencias. me pido calma y nuevos lunes. semanas como párrafos. uno más.
y cuando termino, la satisfacción con mueca. de burla, según el diccionario.
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