con tramos de una vivacidad propia de cualquier película bélica, sin narrador en off, tan sólo con sucintos carteles al estilo de las películas mudas que explican el desarrollo histórico, la música de rachmaninoff, shostakovich o hans werner henze, acompaña muchas de la imágenes que entonces sirvieron como propaganda y que se convierten de esta forma en una muestra de la megalomanía de sus dirigentes (hitler y stalin), y en el resumen de cómo era un frente o una ciudad sitiada. pero no sólo son imágenes, música y texto, algo más sucede. entonces también nos damos cuenta de tantos otros sonidos que identifican a la guerra: el de los silbidos de las bombas, las pisadas en la nieve, las sirenas antiaéreas, los discursos encendidos, las botas desfilando.
una propuesta que define al cine como un trabajo de montaje.
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