hace días con john ficcionado, ahora con robert, en una crónica sobre la crisis de los misiles.
los kennedy, esa historia de familia que, como el cuento de caperucita, nunca te has leído, ni nadie te ha contado, pero de la que conoces sus mitos y desgracias, aunque te despistes con sus nombres.
por eso está bien repasarse algo que te haga caer en la cuenta de que john fue en su día presidente de los estados unidos. robert, el hermano asesinado del asesinado más famoso, cuenta desde dentro, desde el cenáculo que asesoró al presidente, los días que se vivieron tras el descubrimiento de la construcción de bases con misiles en cuba por parte de la unión soviética. no deja bien parados a los militares, y eso que intenta dejar bien a todo el mundo. insiste en la inteligencia de los presentes, pero apunta egos, impulsos, tensiones y pleitesías. igual que en todas partes, así funciona el entorno del poder. quiero influir en el jefe, pero lo que diga el jefe.
por cierto, pescozón a bertrand russell por una carta que le reprocha a kennedy lo que alaba de kruschev, carta que el mismo presidente se encarga de contestar. una intrahistoria que parece interesante.
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