domingo, octubre 11, 2009

frozen river


una mujer blanca cruza inmigrantes en su maletero con ayuda de una mujer mohawk. ambas son madres. el camino que eligen para pasar la frontera entre canadá y eeuu es un río helado.

y ahora, cuando vean la película, olvídense de la historia y aprecien los detalles: el físico de la actriz protagonista cuando se viste, las luces de navidad que envuelven al hijo menor y la cara del chaval de quince años cuando su madre le cuenta lo que ocurre de verdad. fíjense también en el camión que lleva empaquetada la casa prefabricada, en los fajos de dólares, en la televisión más grande que cualquier otro electrodoméstico.

recuerden un par de frases de la protagonista, cuando suelta que una compañera suya siempre llega tarde, o cuando teme que la bolsa contenga algo para hacer bombas. justificaciones desesperadas.

escuchen el mensaje que deja en el contestador del móvil.

cuando salgan del cine o se levanten del sofá comenten si les ha gustado la película, discutan cualquier tópico que les moleste o hablen sobre la culpa, el castigo, el dinero fácil o la sensiblería.

opinen, pero allí hace frío, y una cazadora encima de la bata no es suficiente. y se nota.

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