martes, marzo 07, 2006

qué pasa

antecedentes: el último medio de transporte que cojo para llegar a mi trabajo es un autobús que suele circular por calles estrechas. hace unas semanas, dos o así, el conductor tuvo que parar porque en medio de la carretera se había parado un coche. no guardaba doble fila, se había parado porque sí. en cuanto pasaron tres minutos en esa situación, y en vista de que no sucedía nada, decidí bajar. llegué donde estaba el chaval, ahora lo veía, bajó la ventanilla y le pregunté qué hacía allí, que si por favor podía retirarse porque estaba impidiendo el paso. él me contestó que se iba a quedar parado y que quien tenía que dar marcha atrás era el autobús.
no sé conducir, no conozco las normas de tráfico, pero el conductor del autobús, que había bajado antes que yo, le argumentaba el porqué de su preferencia. el chico ni se inmutó. detrás de mí llegó una chica, que directa al tajo insultó al chico del audi (cuattro). y empezó el follón. el tipo no se cortó ni un pelo y si bien repetía que nos pedía disculpas no daba su brazo a torcer y encolerizado empezó a responder a todo aquel que llegaba y le pedía explicaciones. al poco tiempo se paró otro autobús, el que venía en la otra dirección y poco más tarde uno nuevo desde la dirección del nuestro. tres autobuses parados, unas setenta u ochenta personas que tenían que llegar a su casa o al trabajo, todas esperando a que el niñato (ya había adquirido esa consideración entre todos los viajeros) se moviera. no sé si alguien llamó a la policia, él comentaba que lo había hecho, que se iba a quedar hasta que llegara y le dieran la razón.
no lo hizo.
al final, después de media hora o así, retiró el coche, y mientras avanzaba no me quedó otra que gritarle qué poco le había durado el orgullo, media hora, eso te ha durado el orgullo. sacó la cabeza de la ventanilla me miró y, desafiante, me dijo que ya nos veríamos y que me iba a enterar.
hoy, mientras esperaba el autobús, el mismo autobús, me ha visto desde su coche, ha vuelto a sacar la cabeza por la ventanilla y me ha gritado ahora qué, en plan malote. ha doblado la esquina y desaparecido, pero a los pocos minutos ha vuelto a aparecer, a pie, por esa misma esquina. no me he movido y él ha llegado hasta mí, hasta llegar a poner su cara delante de la mía. y ahora qué, me ha repetido, ahora qué. qué pasa.
qué pasa.

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