hablo de un tiempo en que la gente sencilla se aburre con su virtud y comienza a exigir parcelas de perversión.
una frase de la obra de mishima, madame de sade. una obra teatral que nos habla del marqués sin que aparezca, a través de su mujer, su cuñada, su suegra y otras tres damas. una de ellas, la condesa de saint-fond, será quien intervenga de ese modo.
la sentencia serviría para adornar cualquier libro erótico. o policíaco. qué distinta suerte corre cada género. por aquí, me digo. esa es la impresión. aunque ambos sean temas recurrentes para especiales, listas y estudios, al final se lee mucha más novela negra. y se la valora más. no romperé nada, por desconocimiento o conocimiento limitado, por la novela erótica (o el cuento, o el teatro) pero me interesa su desventura. todos pendientes del sexo, menos del literario.
dicen que las novelas con detective, las conseguidas, suelen retratar con precisión nuestra sociedad. tendré que ponerme a ellas algún día, pero las eróticas, avanzo mi especulación, si retratan bien, consiguen acercarse al individuo. todavía sigo leyendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario